La transición a un sistema energético limpio requiere algo más que energía eólica y solar: necesita un cambio en la forma en que gestionamos y distribuimos la energía. La clave es acoplamiento inteligente de sectoresIntegración dinámica de la electricidad, el calor y la movilidad.
Este planteamiento aborda un reto importante: la volatilidad de las energías renovables. Conectando sectores de forma inteligente, podemos utilizar cada kilovatio-hora de forma eficiente, estabilizar las redes y acelerar el camino hacia un futuro neutro para el clima.
Cómo funciona
- Fuentes renovables: Los sistemas fotovoltaicos descentralizados constituyen la base de la energía limpia.
- Calor y humedad; Almacenamiento: El excedente de electricidad alimenta bombas de calor para agua caliente o calefacción de edificios (Power-to-Heat), convirtiendo la electricidad en almacenamiento térmico y evitando la sobrecarga de la red.
- Movilidad eléctrica: Los VE se convierten en activos flexibles. Con la tecnología V2G (Vehicle-to-Grid), se cargan cuando la energía es barata y la devuelven cuando la demanda es alta, actuando como baterías móviles para equilibrar la oferta y la demanda.
Retos y desafíos; el camino a seguir
Los marcos reguladores y económicos diseñados para sistemas centralizados suelen ralentizar la adopción. Se necesitan tarifas de red flexibles y una tarificación transparente del CO2 para crear los incentivos adecuados.
Proyectos piloto como Norddeutsches Reallabor y la investigación de eGon muestran el potencial del acoplamiento de sectores, incluido el almacenamiento de hidrógeno y la integración descentralizada de la energía, especialmente en zonas urbanas densas.
Conectando la electricidad, la calefacción y la movilidad, los hogares pueden llegar a ser "prosumidores", produciendo y consumiendo energía de forma activa y contribuyendo directamente a la transición energética.
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